Kiko Rivera está triste y amenaza con dejar el programa de
Gran Hermano VIP porque echa de menos a su madre, tiene miedo que su hijo le olvide, por lo que pueda decir la chica con la que se enrolló la noche antes de entrar y porque no le ha dicho nada a su progenitora. O este tío es un genio o tiene menos luces que un árbol de navidad en agosto.
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Pero vamos a ver, alma de cántaro, ¿cómo entras a un programa de máxima audiencia en España sin decirle nada a tu madre? ¿Qué te crees, que en la cárcel no hay televisión? ¿Pensabas que como la mujer está con su coro penitenciario, no se iba a enterar? Y, dicho sea de paso, ¿ahora te preocupas de lo que pueda decir la chica con la que te liaste antes de entrar a Gran Hermano VIP? ¿En serio? Pero si no hay muchacha que halla tenido rollo contigo y no hiciera
los platós de Telecinco. ¿Qué creías que podía pasar? ¿Qué se presentase a un casting para una nueva versión de
Espinete y Don Pimpón?
En definitiva, o este tío es muy listo y ha creado una estrategia muy elaborada para ganar el concurso cuya trama sólo conocen él y Christopher Nolan, o
se le ha ido la cabeza un poco. Esta última idea es la que sostiene Belén Esteban, que opina que se ha equivocado de estrategia. Yo me inclino a pensar igual, aunque no me agrade demasiado darle la razón a tan poco afable señora.
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